- M ¿Te has fijado en el tío que ha llegado nuevo?
- Sí, se sienta a mi lado en Historia.
- Vaya pringado, va vestido a la moda y tal y a las tías les parece mono pero tiene pinta de friki y de ser un marginado.
- Déjale en paz Tom, acaba de llegar nuevo y lo que menos necesita es que ahora llegues tú con tu arrogancia y tus aires de superioridad y le estropees el poder hacer amigos.
- Te gusta.
- No, simplemente me ha parecido majo.
- Te gusta.- le lanzo un cojín del sofá pero lo esquiva rápidamente.
- Lárgate imbécil.
Odio cuando mi hermano se comporta de esa manera, pero que le voy a hacer, no está en mis manos cambiarle, o al menos no puedo si el no pone de su parte.
- ¿Por cierto como se llama?
- Travis
- Ah.- se hizo un silencio largo e incómodo hasta que Tom volvió a la carga contra T.- Atenta a mi problema de matemáticas ¿Qué tenemos si multipicamos por cero a Travis? ¡Cero!
- Muy ingenioso, como se nota que sigues viendo los simpson todos los días.
Tom se marchó cabreado por haberme metido con su lado infantil y por darse cuenta de que la broma que hizo era mala no, lo siguiente.
Son casi las cinco y mis padres aún no han llegado a casa así que cómo no, me toca hacer la cena de nuevo, me estoy replanteando pedirle a Tom que la haga él ya que no cocina nunca, segundos más tarde descarto la idea 1: Valoro mi casa y todas las cosas que hay dentro, que en este momento me incluye a mí. Y 2: no quiero cenar algo chamuscado y con olor a pedo.
Dos minutos más tarde ya estoy agarrando la sartén para freír unos huevos fritos, bacon y unas hamburgesas congeladas que encontré en el frigorífico. No soy una gran cocinera pero por lo menos lo que cocino está comible y sabe bien.
Habitualmente cuando mis padres no están en casa a la hora de preparar la cena significa que no estarán para cenar, no me molesto en hacerles sus dos platos de comida, pero aún así lo dejo todo fuera del frigorífico para que si llegan y no han cenado puedan prepararse la cena.
Durante la cena Tom está muy callado, sé que en realidad está pensando en cómo tocarme las narices respecto a T. Terminamos de cenar y dejo los platos en el fregadero, ya que son dos y no voy a poner un lavavajillas para dos platos encargo a Tom que los limpie, los seque y los deje de nuevo en su sitio. Subo a mi santuario y agarro mi portátil, que huele a nuevo todavía, y miro las nuevas notificaciones que tengo en facebook, un par de mensajes de A hablándome de su nuevo fichaje, un tío del equipo de natación, musculado, de pelo rubio y con pecas, el chaval es mono y además tiene un cuerpazo. Además de los mensajes de A tengo un par de peticiones nuevas, en ese momento T vuelve a mi cabeza y no sé porque en lo único que pienso es que una petición sea suya, clico sobre el icono y me llevo la decepción ninguna de las dos es de T, si no de dos chicos que juegan en el equipo de fútbol americano, que hoy me pidieron el FB, cómo no me habría acordado de ellos... Acepto las dos peticiones y vuelvo a dejar el ordenador de lado para escribir mis realidades en el diario.
Realidades: Desde luego que no conocí al amor de mi vida, todavía no ha aparecido ningún cachas rubio de ojos verdes y con cerebro... Supongo que tocará seguir esperando, pero yo no me desanimo, se que algún día aparecerá ese alguien que me robe la respiración y con el que pueda decir: "En mi defensa he de decir, que el me sonrió primero". A VER SI ESE DÍA LLEGA PRONTO C*****S.
Lanzo el diario a saber donde y me tumbo en la cama mirando hacia el techo, como si hubiese algo ahí que me absorbiera por completo, al final acabo quedándome dormida y sólo me despierto con las voces que están dando mis padres al entrar por casa, cada día me acostumbro más a que estén peleándose siempre. Supongo que ahora tocará una de dientes, pijama y a la cama. Buenas noches.
jueves, 5 de septiembre de 2013
domingo, 1 de septiembre de 2013
De aquí al cielo
Puedo comparar ese momento en la hierba contigo a estar en completa armonía con todos los planetas. Y es que quién me iba a decir a mi, que después de todo eres tú, él que ha hecho latir mi corazón de nuevo, él que me hace sentir cosquillas en el estómago, y él que me alegra el día con dos "te quiero".
"De aquí al cielo cariño"
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