Buenos días mundo, poso los pies en el suelo frío de la habitación mientras me froto la cara con las manos. Odio a la alarma, sí, la odio.
Me quedo mirando la pared de ladrillos que hay tras la ventana, no hay mucha luz en la calle todavía, no deben ser más que las cuatro de la mañana, tengo que ir a hacer unos recados a otra ciudad que está bastante lejos, por lo que era necesario levantarse tan temprano.
Cuando comienzo a espabilar me quito las legañas de la cara con un poco de agua caliente y paso del espejo, mirarse tan temprano tendría que estar prohibido y penado por la ley.
Todas las mañanas tengo la misma rutina cama, baño, cocina y vestidor. Ahora toca la parte de la cocina en donde me prepararé un contundente café acompañado de bizcocho de chocolate mientras miro como la ciudad comienza a despertarse. Vivo en uno de esos barrios de una gran ciudad en donde los rascacielos son lo más característico, de pequeña vivía en una ciudad tirando a pequeña, tirando más a pueblo grande, así que vivir aquí me apasiona, el trafico por la mañanas, la gente llevando cosas de aquí para allá, gente que anda con prisa y que no para de hablar por teléfono, el ruido de las obras y sobre todo las grandes sombras que dejan esos enormes edificios de los que me rodeo día a día, cuando vuelvo a casa de mis padres lo echo de menos todo. La ciudad comienza a despertar, los dueños de la panadería de Bread & Breakfast ya están abriendo para comenzar con sus masas y dar algún que otro desayuno a los trabajadores más madrugadores, no puedo evitar sonreír cuando veo que la calle esta llena de vida.
Se me está yendo la hora de las manos y como siga así haberse levantado tan temprano no iba a servirme de nada, corro al vestidor y como todos los días la famosa pregunta ¿Y qué me pongo yo ahora? ¿Vaquero o leggins? ¿Vestido? ¿O es demasiado temprano para ir de vestido por la vida?
- Genial... Amo estas pequeñas dudas mañaneras. - Pero como siempre la respuesta es la misma- ¡Unos vaqueros bien ajustados son los mejores amigos de una mujer! - Sonrío, nunca me olvidaré de esa frase, es mi mejor consejo (respecto a moda) que le doy a mis amigas.
Sin duda me encanta mi pecho así que busco la mínima escusa para lucir, pero sin pasarse. Me hago una imagen mental de todo el conjunto y de como me va a quedar más o menos, blusa blanca con un escote en "V" algo más abajo de lo normal, y como es obvio eso va todo sin sujetador, iba a ponerme una botas largas pero viendo el tiempo que hace unas francesitas negras iran perfectas, y como chaqueta una americana blanca con rayas moradas que le copie a la actriz que hace de Serena en Gossip Girl. Pasada rápida por el baño y al garage a por el coche, ese coche que tanto esfuerzo me ha costado conseguir, demasiados cafés tuve que llevar como becaria. Tenía hasta apodo, todo el mundo lo conocía como "El pequeño Willy" el nombre le venía al pelo, o más bien al capó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario